Después de una obra o reforma, el polvo de obra es un enemigo silencioso. Se mete en todos los rincones, puede afectar la salud y daña las superficies si no se elimina correctamente. Esta guía te ayudará a limpiar de forma ordenada, segura y eficaz.
Abre ventanas y puertas durante al menos 15–30 minutos. Esto permite que el aire se renueve y que parte del polvo en suspensión se disipe.
Consejo: si puedes, usa ventiladores para crear corriente cruzada. 🌬️
El polvo de obra es fino y puede irritar ojos, garganta o piel. Antes de limpiar, asegúrate de tener:
El polvo siempre cae, así que empieza por las zonas más altas:
Evita pasar el trapo húmedo en esta fase, ya que solo esparcirías el polvo y lo volverías más difícil de quitar.
Una aspiradora con filtro HEPA es ideal para atrapar polvo fino sin redistribuirlo en el ambiente. Apunta a:
❌ No uses escoba: solo levantarás el polvo y lo inhalarás más.
Ahora sí, pasa un trapo de microfibra ligeramente húmedo con agua tibia y jabón neutro. Limpia superficies como:
Tip: enjuaga el trapo con frecuencia y no empapes las superficies. 💧
Primero pasa la aspiradora o un trapo seco. Luego, friega con agua tibia y detergente suave. Cambia el agua cada pocos metros para no redistribuir la suciedad.
El polvo seguirá asentándose incluso después de la limpieza inicial. Repite el proceso de aspirado y trapo húmedo al menos por 3–5 días para eliminarlo completamente. 🔁